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Supongamos que necesitas comprar un detergente y vas a tu comercio habitual. Cuando llegas al estante de los detergentes te encuentras con decenas de productos distintos ¿cuál eliges?
En algunos casos elegirás el más barato, pero cuando lo importante para ti es que sea muy bueno, muy probablemente selecciones el de la marca más conocida.
En el mundo de la informática se decía que la gente compraba IBM, ya que si había algún problema con el producto podías estar tranquilo, ya que nadie había sido despedido por comprar IBM.
Esa es la importancia de una marca. Al oír hablar de una marca, automáticamente te vienen a la cabeza una serie de características, virtudes y cualidades que posicionan al producto en una escala de valor. Pero debes tener cuidado, ya que algunas marcas no están muy bien valoradas y es muy difícil incrementar la reputación de un imagen negativa mientras que es muy fácil perder una buena reputación.
Otro aspecto a tomar en cuenta en relación a las marcas es
Finalmente esta la credibilidad de
En resumen, por medio de la divulgación se debe relacionar una marca a un conjunto de virtudes y cualidades, la cuales deben estar soportadas por las experiencias positivas generadas por la utilización de los productos de dicha marca.
¿Y si llevamos estos conceptos al ámbito de una persona en particular? ¿Es posible asociar a una persona un conjunto de virtudes y cualidades?
Esto es lo que se llama Branding Personal. Todas las personas “conocidas” (Políticos, Actores, músicos, altos cargos de grandes empresas, etc.) tienen su propio branding personal. ¿Y que pasa con las personas normales como nosotros?
En nuestro caso, personas “de a pié”, normales, tenemos que construirnos nuestro propio Branding, nuestra marca propia personal. Supongamos que has presentado tu curriculum a una oferta de trabajo muy interesante. Junto a ti hay cientos de otros profesionales compitiendo por el mismo puesto. Tu propia Marca te permitirá diferenciarte del resto y facilitará que seas el candidato seleccionado. ¿Suena interesante?
Lo primero que tienes que hacer es definir/crear tu propia marca: ¿qué es lo que haces bien (extremadamente bien)?, ¿Qué es lo que te diferencia de otras personas similares? ¿Quién se beneficia más de tus servicios?
El siguiente paso es ver que se conoce de ti ¿Si buscas tu nombre en Google, que obtienes? ¿Existe alguna referencia a tu persona? ¿En que posición sale?
El tercer paso es plasmar tu marca en Internet. En Internet disponemos de muchas herramientas que nos permitirán ir formando nuestra propia marca.
Finalmente tienes que mantener la reputación de tu marca. Para lograrlo tienes que mantener informado a tu “mercado” de todo lo que estas haciendo en el campo en el que te has posicionado. Tienes que aportar contribuciones a tu comunidad y que se sepa.
En próximos artículos expandiré cada uno de estos pasos y propondré herramientas que te podrán ayudar a generar tu propia marca personal y diferenciarte de los demás.
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